| SALUD | "La realidad del modelo de las residencias"
La reciente pandemia ha puesto de manifiesto el pésimo funcionamiento de las residencias en España. Es cuanto menos curioso, que a medida que ha disminuido la mortalidad en las residencias, gracias a la campaña de vacunación únicamente, ha desaparecido también el interés que los medios de comunicación habían puesto en ellas.
¿Se han esfumado las deficiencias
en el funcionamiento de estos centros? ¿Se han invertido más recursos y más
personal para cubrir las carencias de las mismas? La respuesta rotunda es no, y
lo peor de todo, es que parece que a nadie le importa.
La realidad es que vivimos en una
de las regiones más envejecidas de España y la forma en la que estamos tratando
a nuestros mayores es denigrante.
El modelo que existe actualmente
se basa en una pequeña red de residencias públicas con una asignación de plazas
muy lenta, en muchos casos lejos de familia, con los problemas afectivos que
eso conlleva, e incluso es frecuente que la concesión llegue demasiado tarde, y
una red más amplia de residencias de gestión privada, mucho más costosas y en
las que priman los criterios económicos frente a los asistenciales. En Castilla
y León de las 700 residencias que existen 500 son privadas, es decir, más del
70% según datos de Envejecimiento en red.
Las residencias privadas
funcionan principalmente como cualquier otra empresa privada, es decir, buscan
obtener el máximo beneficio posible empleando la menor cantidad de recursos.
Estos recursos son los propios trabajadores, no cumpliendo en muchas de ellas
la ratio mínima exigido por ley entre profesionales y usuarios, y materiales,
existiendo testimonios de trabajadores durante la pandemia en los que
aseguraban que tenían que utilizar compresas en vez de pañales por la falta de
estos últimos. La diferencia en este caso es que no estamos hablando de
producir cemento, si no de cuidar personas, personas que han estado trabajando
toda su vida contribuyendo económicamente al sostenimiento del sistema público
de salud.
Este despropósito se ha visto
traducido en que del total de 80.000 muertes por covid en España, 30.000 se han
producido en residencias, según datos oficiales del gobierno, de las cuales
4.000 se han producido en Castilla y León, únicamente superada esta cifra en
Cataluña y Madrid. En definitiva, se está haciendo negocio con la vida de
nuestros mayores y, donde hay negocio no hay salud.
¿Quién está detrás de este
negocio millonario?
Fondos de inversión,
multimillonarios y algún empresario corrupto controlan los 13 mayores grupos de
residencias en España según una investigación realizada por infolibre.
De las cinco principales
compañías, todas con más de 45 geriátricos, dos tienen como principal
accionista a fondos de Jersey (Vitalia Home y Colisée), una a un fondo inglés
(DomusVi) y otra a un fondo de pensiones de Canadá (Orpea)
En el negocio también están cinco
de los hombres más ricos de España: Florentino Pérez, los 'Albertos' (Clece),
Modesto Álvarez Otero y Carlos Álvarez Navarro (Ballesol). Y la quinta fortuna
de Francia: la familia Mulliez (Amavir)
Dos grupos están controlados por
empresarios implicados en el caso Gürtel: el ya condenado Enrique Ortiz (Savia)
y el doblemente procesado José Luis Ulibarri (Aralia)
Durante los últimos cinco años se
ha producido un fenómeno de concentración en el que han entrado fondos de
inversión, algunos radicados en semiparaisos fiscales. Existen ocho empresas
con más de cuarenta residencias en España. Esto viene provocado por unl sistema
de concesiones que da gran relevancia al precio que tiene que pagar la
comunidad autónoma por día y plaza a la empresa gestora (55 € en Madrid). Son
los grandes grupos los que se pueden permitir hacer ofertas a la baja y una vez
que han obtenido la concesión maximizan el beneficio a través de la
minimización de los costes, es decir, plantillas de profesionales insuficientes
con condiciones laborales precarias y reducción de la inversión en recursos
materiales. Con esta fórmula es imposible que se de un servicio de calidad a
los usuarios de las residencias.
¿Qué alternativas proponemos?
El pasado sábado 14 el delegado territorial en Segovia de
Castilla y León aseguraba en un artículo del adelantado de Segovia que las
movilizaciones en contra del plan de reestructuración de salud de la provincia
no iban a servir para nada y que los movimientos sociales al frente únicamente pedían
dejar todo como estaba hasta ahora sin plantear alternativas. Bien, si una cosa
tenemos clara es que no queremos seguir como estabas hasta ahora.
Exigimos que salgan
las empresas privadas del negocio de las residencias y del sistema sanitario en
su totalidad, no podemos dejar en manos de quién solo busca el rédito económico
algo tan prioritario como la salud.
Además, reclamamos un cambio de modelo radical en el que el
centro del mismo sean los usuarios y sus familias, con centros más pequeños que
permitan una atención más personal y cercana. Abarcando estos centros
únicamente unos pocos pueblos de la comarca, permitiendo a las familias estar
cerca e involucrarse en el día a día del propio centro.
Este modelo implicaría un aumento de la ratio de
trabajadores/usuarios y además un incremento de recursos materiales. A su vez,
permitiría aprovechar el 100% de dinero que se destina a estos servicios,
eliminado el beneficio económico que va a parar a los bolsillos de las empresas
gestoras privadas actuales.
Donde hay negocio, no hay salud.
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